⚠️ Nota editorial:
Esta carta pertenece a uno de nuestros lectores.
Su contenido no representa nuestra opinión ni debe considerarse de nuestra autoría.
🚫 El siguiente texto no constituye un consejo profesional.
💬 Le invitamos a leer con criterio reflexivo.
📩 Vivir distinto no es vivir menos
A veces me preguntan cómo hago para estar tan tranquilo, tan sonriente, si tengo que andar en silla de ruedas. Y nunca sé bien qué responder. Porque, para mí, esta es la vida que tengo, y dentro de sus límites he encontrado una libertad que otros ni imaginan.
No niego que hay frustraciones. Hay puertas que no se abren, miradas que incomodan, prejuicios disfrazados de compasión. A veces el mundo no está hecho para cuerpos como el mío. Y duele. Pero también me ha tocado descubrir cuánta fuerza hay en adaptarse, en no rendirse, en construir un lugar propio aun cuando parece que todo está diseñado para dejarlo a uno fuera.
Yo no quiero que me vean como un héroe. No necesito medallas por existir. Lo que sí quiero es que se entienda que una discapacidad no borra mis ganas, mis ideas, mis sueños. Tal vez camino distinto, pero avanzo. Tal vez no subo escaleras, pero no he dejado de subir en la vida.
Si alguien que lee esto siente que su diferencia lo limita, quisiera decirle algo: no se trata de negar el dolor, sino de no dejar que lo defina. La verdadera discapacidad, muchas veces, es la de quienes no saben mirar más allá de lo evidente.
Gracias por leerme. Gracias por este espacio en el que cabemos todos, tal como somos.
✉️ ¿Tiene algo que desea compartir?
Si desea que su reflexión, testimonio o pensamiento sea considerado para su publicación en esta sección, envíelo al siguiente correo electrónico:
[email protected]