
La infancia robada: heridas que cargamos sin recordar
Nadie elige la infancia que le toca. Y, sin embargo, esa etapa temprana y vulnerable marca de forma indeleble la manera en que percibimos el mundo, nos relacionamos con otros y nos comprendemos a nosotros mismos. Hay quienes tuvieron una infancia protegida, pero también —y son muchos— quienes vivieron una infancia robada. Robada no solo por el abuso explícito, sino también por el abandono emocional, la indiferencia, las expectativas adultas depositadas en cuerpos pequeños y frágiles. Robada por la falta de escucha, por el grito silenciado, por el juego negado. ...