
Libres, pero no salvajes: el arte de poner límites sin apagar la infancia
“Déjelo, es solo un niño.” Esta frase, tantas veces escuchada en contextos donde el respeto común es vulnerado, revela una de las ideas más confusas de la crianza moderna: la creencia de que la libertad infantil debe ser absoluta, incluso a costa de los demás. La infancia necesita libertad, sí. Pero no una libertad sin forma, sin guía ni contención. Porque cuando se confunde espontaneidad con permisividad total, se abre la puerta a comportamientos que no solo afectan la convivencia, sino que terminan perjudicando al propio niño. Esta entrada propone una reflexión ética sobre la importancia de los límites, no como opresión, sino como herramienta de cuidado y preparación para la vida en sociedad. ...