
El instante que no viví por querer capturarlo: la trampa de registrar en vez de sentir
Fue una puesta de sol hermosa, pero nadie la vio. Todos la grababan. Esta escena —habitual, casi invisible en su cotidianeidad— nos confronta con una paradoja de la era digital: mientras más queremos conservar los momentos, menos los habitamos. Mientras más buscamos documentar nuestra existencia, más nos alejamos de su esencia. La necesidad de capturar, archivar y compartir cada experiencia en redes sociales ha ido desplazando la atención del aquí y el ahora hacia la construcción de una versión visible, curada y muchas veces falseada de lo vivido. No importa tanto lo que ocurre, sino cómo se ve y cómo se mostrará a otros. Esta inversión de prioridades está generando consecuencias silenciosas pero profundas: relaciones debilitadas, memorias borrosas y una desconexión creciente con el presente. ...