
El peso de tener siempre la razón: cuando la testarudez anula el diálogo
Hay quienes creen que la verdad es un terreno conquistado y no una construcción compartida. Personas que, frente a cualquier diferencia, se parapetan tras sus argumentos como si estuvieran defendiendo una fortaleza en ruinas. No quieren conversar, quieren ganar. No buscan comprender, quieren imponer. Este perfil —tan común como destructivo— de quien se aferra a tener siempre la razón, destruye más puentes que los que construye. El dogma como escudo emocional La obstinación, en muchos casos, no es una simple arrogancia intelectual. Es una coraza emocional. Algunas personas se cierran a otras perspectivas no por maldad, sino por miedo. Miedo a quedar en evidencia, a equivocarse, a cambiar. Aceptar una visión distinta puede implicar desmontar creencias que les han dado seguridad durante años. Por eso interrumpen, descalifican, se imponen: no están defendiendo ideas, están protegiendo su identidad. ...