
Volver al principio: el arte de comenzar sin vergüenza
Empezar de cero. Tres palabras que a muchos les saben a fracaso, a pérdida, a error. Pero también —si se las mira con honestidad y sin prejuicio— pueden ser sinónimo de valentía, de renovación y, sobre todo, de libertad. Vivimos en una cultura que premia la constancia, incluso cuando lo constante es el sufrimiento. Una cultura que valora más la continuidad que la autenticidad. Por eso, quien decide parar, soltar o cambiar drásticamente su rumbo suele ser visto como alguien que “fracasó”, cuando en realidad tal vez haya sido el único que se atrevió a ser fiel a sí mismo. ...