
El hombre que se rompe: anatomía de una masculinidad frágil
Durante siglos, se ha construido una imagen del hombre fuerte, inquebrantable, dominante. El varón como protector, como proveedor, como líder. Y sin embargo, tras esa fachada, se esconde muchas veces una identidad frágil, sostenida por la negación de la duda, del dolor y de la diferencia. “Cuanto más rígido el molde, más fácil es que se rompa.” La masculinidad frágil no es debilidad emocional. Es la consecuencia de un mandato que prohíbe sentir, que reprime la empatía, que convierte cualquier gesto de ternura o duda en amenaza. Esta fragilidad no es natural: es cultural. Y como toda construcción cultural, puede y debe ser revisada. ...